Con paciente espera y organización, los dos equipos comenzaron la batalla. Mis habilidades básicas son muy pobres, así que a veces detengo la pelota y otras veces la detengo. De vez en cuando cometo errores y pierdo el balón. Mis compañeros terminaron culpándome. A veces el balón no se detiene bien y otras veces se maneja incorrectamente. El clima lúgubre y las constantes acusaciones me hicieron sentir agraviado y agraviado. Me siento perdido y aburrido. Tengo muchas ganas de pasar esta maravillosa tarde tranquilamente en el dormitorio.
Justo cuando seguía culpándome y sintiéndome decepcionado, el sonido de una campana llegó desde la distancia. Melodioso, impactando lentamente en mi corazón impaciente. Déjame calmarme inmediatamente y miré en la dirección del sonido. Busqué por todos lados y finalmente lo encontré en una antigua muralla de la ciudad. Lo vi sentado allí en silencio. Suena la campana que despierta al mundo.
Después de la primera parte, estaba en el único lugar donde podía ver y cristalizar. Siento su encanto y su sonido melodioso me tranquiliza. Muchas veces, ¿no necesitamos que existan esas campanas? Sigo preguntándome, lo necesitamos cuando estamos enojados y aburridos. ¿Por qué no queremos un recordatorio cuando no estamos contentos?
En esta gran ciudad, realmente no es fácil para nosotros mantener un corazón en paz, por eso somos buenos para descubrir la belleza de la vida. Descubra el valor de mantenernos callados y presentes.