Cuando los japoneses celebran el Día del Padre, las hijas hacen tres cosas por sus padres. Primero, los niños japoneses, al igual que nuestros niños chinos, envían regalos y bendiciones a sus padres. Además, como hija de la "chaqueta de algodón ajustada" de su padre, ya sea que se case o esté en el tocador, debe escribirle una carta llena de amor y bendiciones a su padre. A continuación, lo importante es que la hija se bañe con su padre y le frote la espalda con sus propias manos. Esta es también la mejor manera de darle calor a su padre. Después de todo, Japón tiene una larga historia de cultura del baño, y bañarse es el disfrute supremo para los japoneses. Además, en Japón ya existe la costumbre del baño mixto entre hombres y mujeres, por lo que no es de extrañar que las hijas se bañen con sus padres.
Los niños japoneses están expuestos a información sexual relativamente temprano y no son muy misteriosos sobre el sexo. Los familiares, profesores y estudiantes no rehuyen temas como este. Pero cuando las niñas japonesas crecen, tienen que bañarse con su padre. Algunas personas lo niegan, pero es bastante común.
La cultura japonesa se considera una "cultura de la vergüenza", pero a los ojos de los chinos, bien podría llamarse una "cultura de la vergüenza". Como todos sabemos, la "cultura de la vergüenza" es relativa a la "cultura del pecado original" del cristianismo occidental. En el pasado, además de bañarse en barriles de madera en casa, los japoneses también iban a aguas termales al aire libre. En esa época, los hombres vestían "ropa interior (similar a pantalones cortos)" y las mujeres vestían "tanyu (yukata delgada)".
Se dice que los baños desnudos comenzaron en el período Edo, y los baños públicos también se hicieron populares. De hecho, la prohibición del baño mixto entre hombres y mujeres promulgada por el célebre general de Edo Hideki Matsudaira se limitaba a prohibir “vender el propio cuerpo”. Hoy en día, si quieres encontrar un auténtico "baño mixto", tienes que acudir a unas aguas termales en la montaña. Podrán existir “zonas de baño mixtas”.
De hecho, las mujeres japonesas son únicas, muy obedientes, limpias, bien vestidas y también prestan atención a sus habilidades culinarias. Además de ser ama de casa después del matrimonio, no sólo conserva las virtudes de Oriente (comparable a las mujeres Chaozhou y Hakka en China), sino que también tiene la moda de las mujeres occidentales (las chinas hemos aprendido la apertura sexual occidental al más plena, y todos los demás son positivos y progresistas, sin buenas cualidades culturales), hay que decir que está en consonancia con la esposa ideal de todo hombre.
Sin embargo, también hay mujeres japonesas que se encuentran con cambios familiares, son abandonadas por sus maridos, se ven obligadas a vivir bajo presión, etc. Pero las mujeres japonesas siempre afrontan los desafíos de la vida con valentía. Las mujeres japonesas son tan débiles y ordinarias como las flores de cerezo, pero tienen una vitalidad tenaz.
Conclusión Después de leer lo anterior, ¿te avergüenzan las costumbres japonesas del Día del Padre? ¡Es posible que la mayoría de la gente no pueda aceptarlo!