Como la Vía Láctea.
Cuando la luz de la luna brilla sobre la tierra, crea una luz suave en el oscuro cielo nocturno. Esta luz es menos brillante y tiene un tono blanco plateado, similar a la luz de las estrellas en la Vía Láctea. La luz de la luna se dispersa y refracta a través de la atmósfera y cae al suelo, dando al entorno una atmósfera misteriosa y pacífica. Esta luz lechosa proyecta suaves sombras sobre la tierra nocturna, creando una escena romántica y de ensueño.