Prosa que sigue la corriente

Mi estado de ánimo siempre está cambiando.

El invierno es muy vago. Cuando hace frío, penetra en el corazón, y cuando hace calor, calienta los huesos. En un invierno que no quería despedirse del otoño, en los días en que las hojas amarillas volaban y las noches eran sombrías, una figura delgada y hermosa emergió de su sueño. Sus ojos estaban llenos de niebla, reía y debía. , volvió la cabeza para mirar el otoño y tarareó: ¿Cuándo te vas? En la nieve, la fragancia secreta es la flor del ciruelo.

La intención es simple, al igual que las estanterías guardadas en casa, una vez que se elimina el polvo, la apariencia lucirá completamente nueva.

De hecho, yo también estoy de humor. Una persona se enfrenta sola a la ventana, y en el vasto mundo, a la gente solo le queda el sol poniente. El resplandor y el sol poniente son las ciudades y pueblos que pierden su disfraz en el resplandor, y los hombres y mujeres que aprietan el paso en el sol poniente. O simplemente el paisaje junto a la ventana, dos ancianos tomados de la mano y acompañándose mientras se giran para regresar a casa. Pero lo que realmente vi fue a mi anciano padre saliendo del pueblo con muletas, caminando paso a paso por la calle invernal, siempre mirando el camino, mirando el viejo camino que había recorrido toda su vida. El camino estaba embarrado, lleno de baches y liso, pero caminó sobre él. El padre se quedó sin palabras. El padre que vi, ya fuera caminando o apoyado contra la pared para tomar el sol, siempre estaba en silencio. Mi padre siempre fue taciturno. En mi impresión, mi padre nunca mostró alegría o tristeza en su rostro, y siempre miraba todo a su alrededor en silencio. Es este sentimiento de silencio el que le permite a mi padre cosechar la esperanza de nuestras vidas en la tierra que cultiva. También es este estado de silencio el que le permite a mi padre atravesar los años difíciles, tal como el invierno da origen a la cálida primavera. A mí, a quien le gusta imaginar, la resiliencia duradera y el espacio para volar que espero con ansias.

Quizás la imagen sea así, la nieve cae sin dejar rastro y el vasto espacio es solo un sentimiento poético de espiritualidad que toca las raíces de la tierra.

No existe la eternidad, aunque el tiempo desaparezca se convertirá en un recuerdo. Y el amor familiar continuará, como un largo río, con raíces y orígenes, pasando por montañas, ríos, campos, cabañas y ciudades, yendo directo al lugar final. El mar está lleno de clima, por lo que hay una escena de mares crecientes y lunas brillantes. El corazón comienza a acelerarse y la primavera engendra sueños otoñales y pensamientos veraniegos en las largas noches de invierno.

Esta es una declaración de los tiempos y las circunstancias, y también una historia de los cambios de humor de las cuatro estaciones.