La seguridad es el principio básico para que los jardines de infancia creen un entorno educativo. Por lo tanto, al configurar el entorno, como maestro, debe tener en cuenta los aspectos físicos y mentales del niño: primero, la seguridad psicológica, lo que significa que el niño puede sentir profundamente el cuidado y el amor del maestro por él, de modo que el El niño puede ser respetado por todos en el jardín de infantes y sentirse tan cálido como en casa; el segundo es la seguridad física. Además de la luz, el color, la temperatura, la humedad, la ventilación y otras condiciones de la sala de actividades, se debe prestar especial atención a si los elementos están colocados apropiadamente y si es probable que los elementos de la actividad causen daño a los niños, como como si los utensilios de cocina hechos de latas son demasiado afilados. , si el espacio dispuesto es deprimente y si interferirá entre sí. Además, se debe educar a los niños para que no se acerquen a objetos peligrosos, como enchufes, cables, etc.
En segundo lugar, el principio de participación
El entorno creado por los profesores es para los niños. En las actividades de aprendizaje, los niños son el cuerpo principal de la actividad. Si los niños no quieren o no tienen la oportunidad de participar en el entorno establecido por el maestro, ni siquiera el entorno mejor diseñado será eficaz. Por ejemplo, en el rincón natural, la maestra colocó las plantas en una posición muy alta (vista de los adultos) para que los niños no pudieran verlas ni tocarlas en absoluto. ¿Cómo podrían prestar atención a estas plantas? Sin mencionar la observación cuidadosa o la oportunidad de cuidarlo. Por lo tanto, en cualquier ambiente donde los niños aprenden, los niños deben actuar como participantes en la actividad, no como espectadores. Los ángulos naturales de la sala de actividades, los ángulos de observación, los registros meteorológicos y el diseño y gestión de la galería de arte deben dejarse en manos de los propios niños, para que puedan ejercitarse y mejorar durante las actividades. Por lo tanto, el entorno creado por los profesores debe basarse en las características de la edad de los niños y estimular la curiosidad y la sed de conocimiento de los niños. Sólo así los niños podrán participar activamente en las actividades.
En tercer lugar, el principio heurístico
El contenido de la creación del entorno del jardín de infantes debe estimular la curiosidad de los niños, despertar su sed de conocimiento e inspirarlos a pensar y explorar. Por ejemplo, instale un rincón de arte en la sala de actividades y prepare algunos materiales y herramientas para actividades artísticas y artesanales, como papel, pinceles, pasta, desechos, cartones, trapos, bloques de espuma plástica, botones, lana, etc. , permitiendo a los niños crear libremente en el rincón del arte. Otro ejemplo: utilizar materiales de diversas texturas para formar una imagen y dejar que los niños la toquen con las manos. A través de la percepción táctil de sentimientos ásperos, delicados, duros, suaves, espesos y otros diferentes, puede desencadenar la asociación de los niños con experiencias de vidas pasadas. promover el pensamiento de los niños.
Cuarto, el principio de variabilidad
El entorno creado en los jardines de infancia debe ser multifuncional y los profesores pueden desempeñar diferentes roles en diferentes lugares y momentos según las necesidades de las actividades. Como área de actividad, puede ser un lugar para actividades lingüísticas y cognitivas. Los materiales en el área de cálculo deben ocupar un área más grande y el lugar se puede ampliar temporalmente cuando hace buen tiempo, y se pueden organizar actividades como jugar y dibujar al aire libre, además, también se puede configurar un área multifuncional; para que los niños participen en actividades musicales y discusiones grupales, cenas y otras actividades de aprendizaje y vida. La creación de este entorno tan variable permite a los niños participar en una gama más amplia de actividades de aprendizaje.