No sé por qué recientemente. ¿Te sientes inexplicablemente en peligro?

Pensé: digamos que un vecino que conocemos ha gastado cientos de miles debido a una enfermedad y nuestras vidas se han vuelto tensas. No importa cómo lo piense, siento que no tengo dinero, pero aun así quiero ganar más dinero. Esta sensación de crisis surge de nuestra inestabilidad crónica, falta de riqueza y seguridad.

O preocuparse por la vivienda, la atención médica, el cuidado de los ancianos o la escolarización de los niños. Ese tipo de pánico está profundamente grabado en cada una de nuestras almas como en nuestros genes, y no nos atrevemos a ser holgazanes. También nos gusta el disfrute material, como comer, beber y divertirnos, incluida la fama y la fortuna para expresar nuestra felicidad.

Me gusta juzgar la felicidad en función del sentido de superioridad de otras personas. Incluso se puede decir que nunca has disfrutado del material en sí, pero has disfrutado del sentido de superioridad que aporta el material. Este sentido de superioridad te hace querer comparar, incluso herir, y siempre querer superar a la otra persona.

La gente nunca sabe que la felicidad de una persona no reside en los elogios y elogios del mundo exterior, sino en el propio sistema de evaluación interior. Por lo tanto, vivir es más agotador que cualquier otra persona. Siempre soy adicto a la fama falsa y no tengo felicidad.

Por supuesto, esta sensación inherente de crisis todavía está relacionada con el fenómeno de que los débiles y los fuertes carecen de dignidad social y no obedecen las reglas.