La edad de 0 a 6 años es un período de rápido desarrollo para los niños, y también es un período crítico para el desarrollo físico y mental de los niños. La orientación y la formación específicas en esta etapa para desarrollar el potencial de los niños pueden sentar una buena base para su futuro desarrollo diversificado y el cultivo saludable de su personalidad. El plan de estudios de los centros de educación infantil es relativamente sistemático, donde los niños pueden ser estimulados plenamente a través de diversos cursos, como el desarrollo de la memoria, la mejora de la comprensión y la mejora de la imitación.
Ser más alegre y educado, saber actuar según las normas, saber compartir poco a poco, saber comunicarse y cooperar con los demás... Estos cambios se interiorizarán en rasgos valiosos y favorecerán el desarrollo de su vida futura.
La importancia de la educación temprana no radica en lo que aprenden los niños específicos, sino en a qué están expuestos, lo que ven, lo que experimentan, lo que aprenden de ello y el crecimiento que obtienen. El propósito de la educación temprana no es educar a un niño para que sea un súper genio, sino permitirle desarrollar más experiencias sensoriales, aprovechar sus diversos potenciales y brindarle más experiencia y habilidades a través de la educación temprana. Muchos padres suelen ignorar muchos conocimientos en esta área o, por motivos laborales, no tienen mucho tiempo para acceder a esta información. A través de los centros de educación temprana, los padres pueden compensar a tiempo las partes faltantes.