Es casi imposible para un maestro cambiar a sus alumnos mediante una enseñanza seria. Incluso si le das tu corazón a un estudiante, para algunos estudiantes, es posible que eso no pueda conmover su corazón.
Para algunos estudiantes, es difícil cambiar sin experiencias especiales, experiencias importantes o suficiente presión como para hacerles sentir crisis y miedo. La verdadera educación es la autoeducación. No hay autocorrección, juicio, expectativa ni cambio dentro del estudiante. Incluso el maestro se quedó sin palabras y con el corazón roto, con poco efecto.
Los profesores deben adaptarse a los nuevos tiempos. Los niños de hoy no son como los niños de nuestro tiempo. Los niños de hoy saben mucho y reciben información muy amplia y completa. Se estima que muchos niños tienen más conocimientos que sus profesores. Por favor dígame, ¿cómo convence a los estudiantes en esta situación? ¿Cómo podemos llegar al corazón de un niño? Si el profesor puede reprimir completamente a los estudiantes en diversos aspectos como poesía, música, juegos en línea, geografía mundial, ejército, humanidades, historia, filosofía e incluso karaoke, ¡entonces los estudiantes podrán admirarte desde el fondo de sus corazones! Es muy relajante enseñar así a los estudiantes, así que primero que nada, ¡los maestros deben revisar su propia cultivación!
No es difícil ser docente. La sociedad está cambiando y el corazón de las personas también está cambiando. Quienes pueden ser docentes están culturalmente calificados, así que preocúpense por no estar calificados. Hoy no hay nadie a cargo del profesor de la clase. ¿Por qué el director está a cargo de la clase y quiere ser un profesor contemporáneo? Él solo tiene la responsabilidad de una clase y se la entregaré después de completar la tarea. ¿Crees que tu corazón ha cambiado? Solo usé un ejemplo para comparar.
Los profesores deben cuidar de sus hijos como lo harían con los suyos propios. Los jóvenes son como una pizarra en blanco. La formación de su visión de la vida y de su visión del mundo depende básicamente de la formación en la escuela, por lo que los profesores tienen una gran responsabilidad. Al mismo tiempo, también tienen corazones sensibles y frágiles. Tienen sueños, incluso fantasías. ¡En este momento, necesitamos especialmente maestros conocedores, sabios, estrictos y amables que los amen, cuiden y eduquen para que puedan crecer sanamente sin agravios, golpes ni sombras!