Una de las pinturas mundialmente famosas muestra a un hombre gritando con el rostro deformado de arriba a abajo.

"El grito" de Monk

Munch (1863-1944) fue un pionero del arte expresionista en el siglo XX. La muerte de sus padres en la infancia dejó una huella imborrable en su psique, volviéndolo extremadamente sensible a la muerte y al dolor. Las obras de Munch utilizan principalmente la enfermedad y la muerte como temas, centrándose en expresar sentimientos internos, utilizando colores, líneas y formas para presentar su "infierno espiritual".

En 1890 comienza a crear la serie de obras más importante de su vida, "Serie Vida". Esta serie de pinturas tiene una amplia gama de temas, tomando como tema "la vida, el amor y la muerte", utilizando símbolos y metáforas para revelar la ansiedad y el miedo de la humanidad a finales de siglo. Entre ellos, "El grito", creado en 1893, es el mejor cuadro de este grupo de obras.

En esta pintura, Munch utilizó trazos extremadamente exagerados para representar una figura deforme y gritando, expresando vívidamente la extrema soledad y depresión de la gente moderna, así como el miedo ante el universo infinito.