En segundo lugar, el niño siempre es inocente y vivaz. Sería demasiado insulso si se quedaran en un solo lugar. Subir alto y bajar puede ser un retrato fiel de una infancia feliz.
Además, siempre hay cosas con las que los niños nunca sueñan. ¿Cómo es posible que estos curiosos bebés no se vuelvan locos por esto?