La inteligencia es un talento, la amabilidad es una elección. El talento es innato, la elección es lo que hacemos. Cuando cada uno de nosotros nace, nuestra naturaleza es buena. Es sólo que con el crecimiento y el entorno externo, aprendemos a elegir. Cuando nuestros propios intereses entran en conflicto con los de nuestros amigos, nos enfrentamos a opciones. ¿Es elegir la amistad? ¿O elegir tus intereses? En este momento se refleja la selectividad de la bondad.
Nuestra bondad debe estar reservada para aquellos que saben ser agradecidos. Creo que todo el mundo ha oído la historia de "El granjero y la serpiente". En el frío invierno, un granjero encontró una serpiente congelada en el camino. El amable granjero utilizó el calor de su propio cuerpo para ayudar a la serpiente a mantenerse caliente. Pero cuando la serpiente despertó, mordió al granjero y éste murió envenenado. Historias así suceden a menudo a nuestro alrededor. Porque la mayoría de la gente es compleja y codiciosa. Son desagradecidos y siempre quieren obtener más de lo que merecen. Entonces, aunque la bondad es una elección, también debes elegir personas que sepan ser agradecidas.
Por supuesto, lo más importante es ceñirse a sus principios y resultados. Hay un dicho que dice: "Una buena persona es intimidada por otros y un buen caballo es montado por otros". La bondad es una especie de poder cuando la usamos en el lugar correcto. Y si lo usamos en el lugar equivocado, podemos causarnos un daño fatal. El mundo no es tan amable como pensamos. Así que podemos elegir la bondad, pero no debemos elegir la cobardía. Deje que su amabilidad tenga un poco de ventaja y sea una persona inteligente y amable con principios y resultados. Esta es la verdadera bondad.