En segundo lugar, prestar atención a la educación de la independencia de los niños. Las familias japonesas cultivan el espíritu de independencia y autosuficiencia en sus hijos desde una edad temprana. La mayoría de las familias exigen que sus hijos hagan las tareas del hogar, incluida la ayuda con la cocina antes y después de las comidas; dejarles limpiar sus propias habitaciones y las cosas que les rodean; dejarles ir de compras solos, etc.
En tercer lugar, prestar atención a la educación de la capacidad de los niños para resistir los reveses. Niño japonés se cae mientras camina. Los padres no toman la iniciativa de ayudar al niño a levantarse, sino que lo animan a levantarse solo. Los niños mayores se sienten frustrados y alentados por sus padres a superar las dificultades por sí solos. En Japón, los estudiantes de primaria usan pantalones cortos en invierno y las piernas de algunos niños se vuelven azules por el frío. Los padres no "sienten pena", sino que apoyan y animan a sus hijos a que lo hagan.
En cuarto lugar, dar importancia a la educación innovadora. La educación familiar japonesa concede gran importancia al cultivo de la personalidad innovadora de los niños desde una edad temprana y al cultivo de la curiosidad y el espíritu aventurero de los niños. Los padres hacen todo lo posible para responder diversas preguntas planteadas por sus hijos y animar a sus hijos a hacer preguntas y tener pensamientos y opiniones independientes desde una edad temprana. Los padres suelen llevar a sus hijos al Museo de Ciencia y Tecnología para leer, pedir prestados libros y jugar diversos juegos creativos para desarrollar la imaginación de sus hijos. Los padres japoneses conceden gran importancia al cultivo de la capacidad práctica de los niños. Compran juguetes para que sus hijos los monten, los alientan a montar varios modelos desde diferentes ángulos y cultivan la capacidad práctica y la creatividad de sus hijos.
Datos ampliados:
Los japoneses conceden gran importancia a la herencia de la cultura y tienen un conjunto de normas de etiqueta en la vida diaria y en las interacciones con los demás. El tono, la redacción y el comportamiento del habla deben ajustarse a los requisitos de su respectivo género e identidad. También existen costumbres comunes en la vida familiar y comunitaria. La educación familiar tradicional japonesa se centra en la socialización de los niños. El aprendizaje de las tareas sistemáticas se confía básicamente a la escuela, y los padres sólo brindan supervisión y apoyo. Los niños generalmente son más tolerantes con los juegos espontáneos, como trepar a árboles y paredes, explorar cosas extrañas, etc. Tienen un proverbio: "Deja que tus queridos hijos se vayan de viaje", lo que demuestra que los japoneses conceden gran importancia al ejercicio práctico.