Con el desarrollo de la sociedad humana, la educación de los niños ha recibido cada vez más atención. Después de entrar en el siglo XXI, la gente tiene opiniones diferentes sobre la práctica de la educación violenta de los niños.
Entonces, ¿qué impacto tiene la educación sobre la violencia en los niños?
1. Siento que no soy un buen niño. Si un niño es golpeado cuando comete un error, poco a poco se sentirá un mal chico y sólo podrá corregirlo golpeándolo y regañandolo.
Estos niños carecerán de un conocimiento normal de sí mismos, de confianza en sí mismos y de una autoestima extremadamente baja en el futuro, lo que es muy perjudicial para la formación del carácter del niño.
2. No favorece el normal desarrollo de la psicología infantil. Cuando los niños cometen errores, los padres utilizarán palizas para resolver el problema. Esto hará que los padres formen un hábito y estén dispuestos a utilizar la violencia simple para resolver el problema.
Los niños normales suelen darse cuenta de sus errores mediante el razonamiento y la persuasión y evitan volver a cometerlos.
Los niños que reciben nalgadas muchas veces no se dan cuenta de sus errores. Si este ciclo continúa, sólo obstaculizará el desarrollo psicológico normal de los niños.
3. Es fácil imitar actos de violencia atroces. Los padres son los primeros maestros de sus hijos. Cuando se enfrentan a problemas, los padres utilizan la violencia para resolverlos. Luego, cuando un niño tiene una disputa con un amigo, da por sentado que sólo peleando puede obedecer sus propias ideas. Esto explica por qué las familias con violencia doméstica tienen más probabilidades de tener delincuentes juveniles.
4. Los niños no pueden realizar un mejor autoexamen. Los azotes y regaños frecuentes harán que los niños tengan una reacción natural ante los errores: miedo a los próximos ronquidos, miedo al dolor físico y miedo extremo a sus padres.
Piensa, cuando una persona comete un error, ¿cuál es la forma correcta? Debe ser autorreflexión, autorreflexión, poder aprender lecciones y hacer correcciones en el momento oportuno.
Pero en el caso de los niños que reciben azotes con frecuencia, el miedo supera la introspección. Los padres deben hacer todo lo posible por ser amables. Usar la violencia para educar a sus hijos no sólo no solucionará el problema fundamental, sino que también causará un daño profundo a los niños y arruinará sus hermosas vidas.