Ejemplos de amor maternal:
1. Nutria marina alimentándose
Una vez, un cazador atrapó una nutria marina nada más salir. Después de cortarle el precioso pelaje, escondieron a la nutria marina aún viva en la hierba. Por la noche, el cazador regresó al lugar original, pero no pudo encontrar la nutria marina. Tras una inspección más detallada, descubrí que había débiles rastros de sangre en la hierba, que se extendían hasta una pequeña cueva cercana. El cazador miró dentro del agujero y se sorprendió: resultó que la nutria marina había soportado el dolor de quitarse la piel y había regresado a su nido. ¿Por qué hacer esto?
Cuando el cazador sacó la nutria marina muerta, descubrió que había dos pequeñas nutrias marinas que aún no habían abierto los ojos, chupando con fuerza los pezones marchitos de su madre muerta. Cuando el cazador vio esta escena, quedó muy impactado física y mentalmente. Nunca había pensado que los animales tendrían la misma relación entre madre e hijo que tienen los humanos. Incluso antes de morir, quería amamantar a su hijo por miedo al suyo. Muerte. El niño tenía hambre. Al pensar en esto, el cazador no pudo evitar sentirse triste.
2. Leche de sangre
La joven madre tejió un suéter en el cálido hogar y meció suavemente la cuna con los pies. Los niños en la cuna se durmieron dulcemente. De repente, ocurrió un terremoto. Juntos, madre e hijo quedaron sumidos en las ruinas y la oscuridad. Afortunadamente, ni la madre ni el hijo resultaron heridos. La madre abrazó fuertemente al niño y esperó a que pasara el día.
La niña bebió las dos últimas gotas de leche del pecho de su madre y las lágrimas desaparecieron. Sin rescate, el niño morirá de sed delante de su madre, y la desesperación neutralizará las manos de la madre, que intenta sacar alimento del hormigón armado. De repente, su mano tocó la aguja de tejer y su corazón dio un vuelco de emoción: el niño se había salvado.
Una semana después, madre e hijo finalmente se reencontraron. El niño estaba sano y salvo, pero la madre cerró los ojos para siempre y parecía pálida. La gente se sorprendió al descubrir que el niño tenía un pequeño agujero en cada uno de los dedos de la madre y que el niño sobrevivió chupando la sangre de la madre.
3. Madre tiñe la nieve de rojo con sangre
En Europa del Este, existe una ruptura emocional entre madre e hija. La hija de 13 años siempre ha creído que el estatus de su madre es bajo, lo que le impide estar frente a los demás. Las mamás están tan ocupadas que es difícil mantener felices a sus hijas.
En febrero de 2002, la madre invitó a su hija a ir a esquiar a los Alpes. Por inexperiencia, una madre y su hija se perdieron en una pista de esquí y quedaron atrapadas en una terrible avalancha. La madre y las hijas lucharon en las montañas nevadas durante dos días y dos noches. Varias veces vieron helicópteros que venían a buscarlos y, como vestían trajes de esquí de color gris plateado, no fueron detectados.
Finalmente, por falta de energía, la hija perdió el conocimiento. Cuando despertó, se encontró tendida en el hospital y su madre estaba muerta. Los médicos le dijeron que su madre le salvó la vida. Resultó que fue su madre quien se cortó la arteria, se arrastró por la nieve y tiñó la nieve de rojo con su propia sangre. Entonces el helicóptero encontró su objetivo.
IV. 102 Gotas de Sangre
Un día, el dueño volvió a instalar las puertas y ventanas del ático abandonado. Medio mes después, fue a buscar un pájaro muerto debajo del alféizar de la ventana. Hay 102 gotas de sangre desde el alféizar de la ventana hasta el suelo. Se estima que el pájaro impactó contra la ventana. ¿Qué desespera al pájaro? El propietario revisó el ático y descubrió un nido de polluelos hambrientos. El dueño entendió que por cerrar puertas y ventanas, la madre ave no podía entrar. Para sus hijos, quería usar su cuerpo para abrir la ventana.
5. Las madres dejan marcas a sus hijos en el camino
Había una familia cuya nuera no quería a su anciana, que tenía mala vista y era buena para nada. Pídale al marido que envíe a su madre. A la mañana siguiente, el hijo le dijo a su madre: "Mamá, te llevaré a caminar". El hijo llevó a su madre a un gran bosque y caminó. Es casi mediodía.
El hijo colocó a su madre junto a un gran árbol y le dijo: "Mamá, siéntate primero. Volveré en un momento". La madre tomó a su hijo y le dijo: "Hijo, sé lo que quieres hacer. Pero te resulta difícil salir de este gran bosque, así que rompí las ramas al costado del camino como señal. Cuando regresé, Vi que no estaba perdido."