¿Cuál fue el primer casco?

Los cascos se han utilizado para proteger las cabezas de los soldados en la batalla durante mucho tiempo, pero en ese momento se usaban principalmente para defenderse contra asesinatos con armas blancas como cuchillos, pistolas, espadas y alabardas. Los cascos que pueden resistir las balas modernas sólo aparecieron en la Primera Guerra Mundial.

En 1914 estalló la Primera Guerra Mundial, y se lanzaron ametralladoras y artillería al campo de batalla, provocando un gran número de bajas. Durante la guerra, un general francés llamado Adrian escuchó a un hombre herido en la cocina decir que había sido alcanzado por un proyectil alemán. Como resultado, el soldado se puso ansioso y le puso una olla de hierro en la cabeza. Sólo resultó levemente herido, pero los otros soldados presentes murieron porque no tenían dónde esconderse. El general quedó profundamente inspirado al escuchar esto y ordenó el establecimiento de una organización para estudiar los cascos metálicos. Después de muchas pruebas y mejoras, finalmente se fabricó el casco de primera generación. La gente lo llamaba el "casco del Adriático", que en aquella época estaba equipado con tropas.

La práctica de guerra ha demostrado que los cascos son extremadamente eficaces para proteger contra la metralla, por lo que otros países han seguido su ejemplo. Según las estadísticas, durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos salvó más de 70.000 vidas equipándolo con el casco de manganeso M-1.