En primer lugar, el nivel cognitivo de los niños es limitado y no saben lo suficiente de las cosas. Necesitan la orientación adecuada de padres y profesores. Sólo cuidando y educando a los niños con suficiente amor, paciencia y responsabilidad podrán crecer sanamente.
En segundo lugar, la naturaleza de los niños es ser traviesos y los niños siempre cometerán errores. Si un niño ignora, expone o incluso tolera cuando comete un error, será perjudicial para su crecimiento. Sólo ayudando a los niños a darse cuenta de sus errores y enseñándoles cómo corregirlos podremos evitar desvíos.
En definitiva, educar a los niños es difícil, y educar bien a los niños lo es aún más. En el camino del crecimiento de los niños, necesitan tanto un "padre estricto" como una "madre amorosa". Sólo combinando el rigor con la bondad podrán avanzar con rapidez y constancia.