Alrededor del año 1500 d.C., China estaba bajo el dominio de la dinastía Ming. La flota de Zheng He realizó siete viajes al Océano Occidental, no para abrir el comercio, sino para promover la virtud y el prestigio del emperador. Después de la muerte de Zheng He, los chinos desaparecieron en el océano.
Los comerciantes árabes e indios continuaron haciendo negocios con Europa, Asia y África, pero sus actividades se restringieron en gran medida a la costa del Océano Índico.
Este es el mundo escrito por los europeos en aquella época. Los tres continentes conocidos (Europa, Asia y África) estaban gobernados cada uno por tres reyes cristianos, y el resto se encontraba en un estado de caos.
Sin embargo, durante los 200 años posteriores al 1400 d.C., las diversas extensiones de tierra representadas por los cartógrafos europeos, como embriones en crecimiento, se transformaron gradualmente de una vaga masa a la tierra que conocemos hoy claramente.
Fue a partir de ese momento que el mundo dividido comenzó a conectarse. La competencia nacional desencadenada por el gran descubrimiento geográfico abrió el telón histórico del contacto mutuo, la atención mutua, el enfrentamiento y la lucha entre diferentes civilizaciones.
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