Más tarde, el filósofo clásico alemán Immanuel Kant propuso en "Crítica del juicio" que la belleza se basa en la forma de los objetos, y que "lo sublime se puede encontrar en los objetos invisibles".
El primer esteticista que distinguió entre belleza y sublimidad fue
La primera distinción estricta la hizo el esteticista británico Burke. Creía que la belleza está relacionada con el placer de las personas y la sublimidad está relacionada con el principio de autoconservación de las personas.