El verano se resiste a dejar el otoño.
La renuencia a dejar ir el otoño en verano no es sólo una renuencia a dejar ir la estación, sino también una renuencia a dejar ir el paso del tiempo. Aunque el clima es caluroso en verano, está lleno de vitalidad. La gente también es más activa y jubilosa. En otoño, las hojas caen con el viento otoñal y todo queda deprimido, lo que siempre entristece a la gente. Al pasar de una estación a otra, la transformación del entorno incomoda a la gente. El verano que pasa también se ha convertido en el verano más joven de nuestras vidas.
El cambio de estaciones va acompañado del paso de los años. Del verano al otoño, es otra estación, y las hojas se vuelven amarillas en otoño, lo que a su vez parece relativamente deprimido. Es una estación que los literatos suelen utilizar para describir el sentimentalismo. El paso del tiempo y un toque de sentimentalismo hacen que muchas veces la gente añore la pasión y el carácter desenfrenado del verano.