Un ensayo de 300 palabras sobre la nostalgia

La nostalgia irá tomando cuerpo a lo largo de varias despedidas.

Cuando era niño, la nostalgia no parecía tan importante. Siempre tengo ganas de recostarme en los brazos de la nostalgia, lo tengo todo. Cuando era niño, pisé el camino de piedra azul y dejé una serie de huellas. Me pregunto si podré volver a poner un pie después de muchos años.

Cuando era joven, me dieron la oportunidad de repintar mi nostalgia. Me levanté muy temprano por la mañana y salí de casa por mucho tiempo. Durante ese largo tiempo de espera para volver a casa, hubo una intensidad indescriptible que invadió todo mi cuerpo. Vuelve a casa, como si toda vacilación hubiera perdido su calidez.

Cuando sea mayor, estaré a decenas de miles de kilómetros de casa, o a cientos de kilómetros de casa. La nostalgia aprovechó para colarse. Condensa la cueva de hielo en el corazón y acelera el frío. Desesperado por liberarse, se convirtió en prisionero.

La nostalgia, ese humo tenue y distante, persiste en el corazón del vagabundo y se vuelve cada vez más confuso. Mi ciudad natal es el único destino para un vagabundo, pero para ganarme la vida tuve que dejarla y encontrar mi propio camino.

Utilicé una letra delicada para delinear el contorno de la nostalgia, pero mis manos estaban demasiado temblorosas para lograr un resultado perfecto.

Mira, las hojas de bambú marchitas fuera de la ventana reflejan mi ciudad natal. Intento expresar mi nostalgia con mi pincel.