El microscopio electrónico de barrido se fabricó con éxito por primera vez en el Reino Unido en la década de 1950. Se obtiene una imagen utilizando el haz de electrones reflejado por el objeto, que es equivalente a la imagen reflejada de un microscopio óptico. El microscopio electrónico de barrido tiene una gran profundidad de campo y un aumento continuamente variable y es especialmente adecuado para estudiar la morfología tridimensional de objetos pequeños y la microestructura de sus superficies. Desde la década de 1970, la microscopía electrónica de barrido se ha desarrollado rápidamente. Puede reflejar una variedad de electrones en muestras sólidas y, combinada con dispositivos de análisis de señales, se ha convertido en una poderosa herramienta para estudiar la estructura superficial de sustancias. La resolución del microscopio electrónico de barrido se ha aumentado de los 500 angstroms originales a 50-30 angstroms. Otro avance en microscopía electrónica es el desarrollo de microscopios electrónicos de voltaje ultraalto para aumentar la resolución y la penetración de las muestras originales. Se ha desarrollado un microscopio electrónico de voltaje ultra alto con un voltaje de aceleración de 3 megavoltios, que puede usarse para estudiar la estructura molecular o la estructura atómica de células y sustancias enteras.