Primero, ¡trate a todos los estudiantes por igual y no favorezca a ningún estudiante! Independientemente de los estudiantes que estudian bien o de los estudiantes que estudian mal, mientras cometan errores, ¡serán educados en serio!
En segundo lugar, preocúpate seriamente por cada estudiante, pase lo que pase, haz que los estudiantes sientan que eres un maestro con el que pueden hablar, para que puedas entrar con éxito en sus corazones y convertirte en un buen maestro de clase.