Lo que llamamos "alto coeficiente intelectual" no se refiere a la capacidad de una persona para obtener puntuaciones altas en varios exámenes, ni se refiere a su capacidad para estudiar en la escuela.
A través de la sabiduría escapamos de la vida y del comportamiento, especialmente en una situación nueva o ansiosa.
El "CI" se refiere a los hábitos de vida, las palabras y los hechos de una persona, especialmente en situaciones nuevas o estresantes.
Si queremos poner a prueba la inteligencia, necesitamos descubrir cómo actúa una persona, no cuánto sabe qué hacer.
Si queremos evaluar el coeficiente intelectual de una persona, debemos juzgarla por sus palabras y hechos, no por sus palabras vacías.
Por ejemplo, en situaciones nuevas, una persona sabia piensa en la situación, no en sí mismo ni en lo que podría pasarle.
Por ejemplo, en un entorno nuevo, una persona con un coeficiente intelectual alto considerará primero el entorno en sí, en lugar de su propia situación o lo que sucederá.
Intentó averiguar todo lo que pudo encontrar, y luego inmediatamente tomó medidas e intentó hacer algo.
Hace todo lo posible para encontrar respuestas y luego toma medidas inmediatas para resolver el problema.
Puede que no esté seguro de cómo resultarían las cosas, pero al menos lo intentó.
Tal vez no esté seguro de que sea el mejor plan, pero al menos lo intentará.
Y si no puede hacer algo bien, no se avergüenza del fracaso; simplemente intenta aprender de sus errores. Una persona inteligente, incluso si es muy joven, tiene una visión especial de la vida, un sentimiento especial por la vida y sabe encajar en ella.
Además, no se avergonzará del fracaso si no puede solucionarlo con éxito. En cambio, aprendió de sus errores. Una persona con un coeficiente intelectual alto, incluso si es joven (sin experiencia), observará la vida desde una perspectiva especial, experimentará la vida con emociones especiales y sabrá cómo integrarse con éxito en la vida.
Si nos fijamos en los niños, veremos una enorme diferencia entre lo que llamamos niños "inteligentes" y niños "no inteligentes".
Si observas atentamente a los niños que te rodean, descubrirás que existe una enorme diferencia entre lo que llamamos niños "inteligentes" y niños "estúpidos".
En realidad son dos inteligencias diferentes.
Sin embargo, en realidad se trata de diferentes tipos de coeficiente intelectual.
Por ejemplo, un niño inteligente realmente quiere saber más sobre la vida: intenta estar en contacto con todo lo que le rodea.
Por ejemplo, esos niños inteligentes hacen todo lo posible para descubrir cada verdad en la vida: quieren saber todo lo que sucede a su alrededor.
Pero un niño que no es inteligente está más cerrado en sí mismo y en su propio mundo onírico; parece haber un muro entre él y la vida.
Pero esos niños poco inteligentes simplemente se aferran obstinadamente a sus fantasías. Para ellos, siempre existe una brecha insalvable entre el ideal y la realidad.
Propietario, has escrito mal algunas palabras, pero afortunadamente las reconoces todas, por lo que no afecta a tu cuidado. Ten siempre cuidado ~ ~ ~