¿Es un hecho histórico que la película ganó el campeonato?

Cuando se trata del espíritu del equipo de voleibol femenino, lo primero que mucha gente piensa es en la unidad, la cooperación y la lucha tenaz. En Leap, las escenas más comunes sobre el equipo de voleibol femenino son escenas en las que entrenan. La palabra más mencionada es "práctica". Las manos de las chicas del voleibol femenino están llenas de espinas de madera y heridas. Miles de familias se reúnen en Nochevieja y juegan al voleibol.

Este tipo de entrenamiento "diabólico" realmente sucedió. En 1979, el equipo de voleibol femenino chino comenzó a entrenar en Chenzhou. En ese momento, las condiciones en la Base de Voleibol Femenino de Chenzhou eran difíciles y el entrenamiento del entrenador era aún más estricto. Aquellos cuya calidad no esté al nivel no podrán aprobar la prueba y aquellos cuyos indicadores no estén al nivel no podrán asistir a clase. Es común que las chicas de voleibol femenino recuperen las lecciones durante la práctica. Si un miembro del equipo no ha terminado de practicar, los demás tienen que practicar juntos.

Para mejorar el rendimiento de los jugadores lo antes posible, al entrenador sólo le queda "morder la bala". ¿Por qué practicar tanto? La película cuenta el panorama general por boca del entrenador. En ese momento, China acababa de reformarse y abrirse, y había una gran brecha entre China y los países extranjeros en muchos aspectos. Los entrenadores estadounidenses han aplicado la tecnología informática al entrenamiento de voleibol femenino, mientras que las chicas chinas de voleibol femenino todavía entrenan en sencillos cobertizos de bambú. El entrenador interpretado por Wu Gang dijo que cuando iba al extranjero, lloraba al mirar los rascacielos. China está demasiado atrasada y él siempre quiere avanzar más rápido. "¡Tenemos que demostrarles a todos ellos, al pueblo chino, que sí!"

El equipo femenino de voleibol ganó el campeonato en 1981. Para los chinos de aquella época, esto no era sólo una victoria para el equipo de voleibol femenino, sino también un símbolo de faro y bocina. Las chicas de voleibol femenino no temieron a los enemigos fuertes y saltaron al agua, lo que permitió a muchas personas confundidas ver esperanza y dirección, y permitió a muchas personas abatidas recuperar su confianza y fuerza.