En la antigua China, el servicio postal sólo servía al gobierno, no a la gente común. Con el surgimiento del capitalismo en la dinastía Ming, la Oficina de Situación del Pueblo, que se especializaba en intercambios no gubernamentales, tomó forma gradualmente y entró en su apogeo durante los años Tongzhi y Guangxu de la dinastía Qing. Después de la Guerra del Opio, las potencias occidentales abrieron en China instituciones postales sin autorización, que fueron llamadas "correo de invitados". Ante esta situación caótica, muchas personas perspicaces dentro y fuera del país han pedido la creación de un servicio postal nacional. En 1878, la Oficina del Primer Ministro acordó permitir que la Aduana llevara a cabo un servicio postal piloto. El 23 de marzo, la Aduana de Tianjin anunció que aceptaría y entregaría cartas del público en Huayang. El 20 de marzo de 1896, el emperador Guangxu aprobó oficialmente la apertura de la oficina de correos de Qing. La Oficina del Primer Ministro nombró a Hurd, un inglés de la Administración General de Impuestos, responsable de los asuntos de correos. En 1897, todas las oficinas de correos se abrieron oficialmente al público.
La apertura de la Oficina de Correos de Qing marcó el reconocimiento y el lanzamiento oficial de la moderna industria postal de China. Sin embargo, en las condiciones sociales semicoloniales y semifeudales, el servicio postal tuvo un comienzo difícil, con operaciones deficientes y un desarrollo lento.