Las investigaciones muestran que los judíos generalmente superan a otras razas en memoria, expresión verbal, matemáticas y espacio. La gran inteligencia de los judíos se refleja en su profesión. Abogados, científicos, ingenieros, políticos, magnates empresariales e inventores constituyen una proporción mucho mayor de su población que otros grupos étnicos.
Se puede decir que los judíos han impulsado la mitad de la historia de la evolución humana, porque desde la economía hasta la política, desde la ciencia y la tecnología hasta la literatura, los mejores talentos en diversos campos incluyen a los judíos. Desde la creación del Premio Nobel, los judíos se han llevado el 20% de los premios de química, el 25% de los premios de física, el 27% de los premios de fisiología y medicina y el 41% de los premios de economía.
Dar importancia a la educación y disponer de métodos educativos prácticos.
Los judíos conceden gran importancia a la educación. Hay un proverbio judío: Hay tres cosas en la vida que nadie puede robar: la comida en tu vientre, el conocimiento en tu cabeza y los sueños en tu corazón. La inteligencia judía proviene de la educación. Los judíos han desarrollado el hábito de la lectura desde la infancia. En promedio, cada persona lee 64 libros al año, lo que los convierte en la nación con mayor promedio de lectura del mundo.
De hecho, la inteligencia humana proviene en gran medida de las reservas de conocimiento de la mente, y la lectura es la forma más directa y eficaz de adquirir conocimientos.
En el año 70 d.C., los rabinos judíos y la clase dominante aprobaron leyes que exigían que todas las familias judías, sin importar ricas o pobres, sin importar su ocupación, sin importar hombres, mujeres, viejos o jóvenes, leyeran y estudiaran el Talmud. Los judíos conceden gran importancia a la educación temprana y exigen que los niños comiencen a aprender a la edad de cinco años.