A medida que un niño crece, algunas ideas únicas comienzan a aparecer en su mente, y habrá cosas que quiera hacer o no. En este momento, los padres ya no pueden ayudar a sus hijos a tomar todas las decisiones como antes. Deben escuchar más, comprender más el corazón de sus hijos, guiarlos con más paciencia y respetar cada conversación con sus hijos. Sólo así podremos comprender verdaderamente las necesidades de nuestros hijos, y también es una buena experiencia crecer con nuestros hijos.
Los conflictos y las frecuentes riñas entre padres también constituyen un entorno familiar poco saludable. Las familias rotas y las familias que han estado separadas durante mucho tiempo dejan a los niños sin un sentido de pertenencia. Si los cambios familiares son inevitables, los padres deben consolar y guiar a sus hijos de una manera positiva y saludable. No deben tomar medidas extremas como descuidar la disciplina, ser cariñosos o ser demasiado duros, y no deben enojarse con sus hijos por ello. ruptura de la familia. Ya sea fuerza física, inteligencia o experiencia, los adultos siempre son mejores que los niños. Por lo tanto, es injusto que los adultos compitan con los niños y es deshonroso ganar.
Los niños no son apéndices de sus padres, sino individuos independientes que pertenecen a este mundo. Un día dejará a sus padres y vivirá solo. Por lo tanto, cuando se trata del crecimiento de sus hijos, los padres primero deben estar completamente preparados y no pueden tener la idea de tener a sus hijos a su lado todo el tiempo.
Ante los problemas de los niños, los padres no deben interferir demasiado, aprender a no preocuparse por sus hijos y dejar que sus hijos desarrollen el hábito del pensamiento independiente desde una edad temprana, lo que será de gran ayuda. a su futuro. Por eso, cuando un niño llora, no lo eduques reprimiendo sus emociones, sino consuélalo y dile cómo liberar sus emociones. Esto es lo que más deberían hacer los padres.