El estatus de los libros en papel que se ajustan a los hábitos de lectura convencionales es irremplazable.
En la impresión de muchas personas, los nacidos en las décadas de 1990 y 2000 tienen una gran capacidad para acceder a objetos electrónicos, por lo que los libros electrónicos deberían ser su primera opción como medio de lectura, pero en realidad no es así. el caso. Según el "Informe de análisis especial del mercado de lectura de libros de China de 2018" publicado conjuntamente por Dangdang.com y Analysys, los lectores menores de 30 años representan hasta el 52,3% de los datos de lectura de libros en papel. En los libros electrónicos, las personas encuentran que el conocimiento, la información y la cognición son fragmentados y superficiales, mientras que la lectura de libros es profunda, estructurada y sistemática. Por lo tanto, la lectura de libros sigue siendo una necesidad para que las personas adquieran conocimientos.
Mismas funciones, destinos diferentes
Cuando se trata de lectores electrónicos, la primera impresión de muchas personas es Kindle. Ya en 2016, China se convirtió en el mercado más grande para Kindle. Posteriormente, JD.COM, Dangdang, Zhangyue y QQ Reading lanzaron sucesivamente sus propios productos de lectores electrónicos. En vista de esto, muchas personas en la industria están profundamente preocupadas de que las empresas de libros en papel quiebren una tras otra. De hecho, esto nunca ha sucedido. En cambio, Kindle se ha convertido en una placa de presión especial para los fideos instantáneos, y los libros en papel todavía se venden sin problemas.
Los libros en papel son un inconveniente, pero contribuyen a una experiencia de inmersión. Los libros electrónicos son convenientes pero requieren cargarse y son difíciles de integrar en la escena. Los hechos han demostrado que la relación entre ambos no es una relación sustitutiva, sino complementaria, al menos durante mucho tiempo.
En definitiva, la esencia de la lectura no es sólo dominar conocimientos y comprender principios. Esto no quiere decir que los libros electrónicos no sean la moda o tendencia del futuro. Por el contrario, los libros electrónicos y los libros en papel se complementan.