¡Ah, la fuerza del movimiento, la alegría de Dios, la vida! De repente llega al claro gris, víctima de la emoción, su emisario de radiación favorito, rindiendo homenaje a la sonrisa del anciano. Pareces el amanecer en la cima de la montaña, iluminando la tierra oscura.
¡Haz ejercicio, estás hermosa! Se te retrata como una persona noble o despreciable, una depravación causada por deseos vergonzosos o una fuerza saludable cultivada. Sin simetría y coordinación no hay belleza. Tu papel es incomparable al hacer que los dos sean armoniosos y unificados; el movimiento rítmico del cuerpo humano se convierte en movimientos elegantes, flexibles y decididos.
Deportes, ¡tú eres la justicia! Refleja la búsqueda de la justicia y la racionalidad en la vida social. Nadie puede ganar ni un centavo por minuto. La clave del éxito es simplemente el colmo de la integración física y espiritual.
¡Ah, movimiento, eres coraje! El objetivo de los músculos es atreverse a luchar. Si no haces esto, ¿de qué sirve ser ágil y poderoso? ¿Cuáles son los beneficios de los músculos? Estamos hablando de coraje no de la toma imprudente de riesgos, de apuestas arriesgadas, sino del resultado de una cuidadosa consideración.