Después de que nací, cuando no podía hablar, observaba a mis padres todos los días, los escuchaba hablar y los veía hacer cosas. A veces, los ojitos de ese rostro joven parecen entender lo que dicen sus padres. Es asombroso. Cuando crecen, los padres empiezan a enseñar a sus bebés a hablar, diciéndoles suavemente esto y aquello, diciéndoles que esto es correcto, diciéndoles que esto está bien, diciéndoles lo otro que no, y diciéndoles que no está bien. Enséñeles a ser educados, a no llorar fuerte, a expresar sus pensamientos, a aprender a expresarse y a no pensar que llorar puede solucionar el problema. Habla sobre el problema, deja que tus padres y otras personas sepan lo que piensas y trabajen juntos para resolver el problema.
Y cuando te llevas bien con otros niños afuera, no puedes discutir. Deberías llevarte bien con los niños. No los golpees. Si tienes algún conflicto, puedes acudir a tus padres. Como aún eres joven, puedes ayudar a tu bebé a resolver problemas. Debes saber respetar a los mayores y amar a los jóvenes. Cuando hables con los mayores, debes llamarlos abuelos y dejar que tus hermanos y hermanas menores sepan cómo hablarte. Kong Rong pidió que le contaran la historia de Li al bebé. Por supuesto, también debe contarles a sus hijos sobre sus propios asuntos y sentimientos, comunicarse con ellos de manera oportuna y adecuada y comprender sus pensamientos internos, lo que puede promover la relación entre padres e hijos.
Los padres pueden decirles a sus hijos lo que está bien y lo que está mal a través de sus acciones. Por ejemplo, cuando los niños son pequeños, no quieren ir a la escuela. Algunos bebés dirán que se sienten incómodos o algo así, pero en realidad simplemente no quieren ir a la escuela. En este momento, los padres pueden llevárselo a casa sin dejar rastro, o pueden pedir una excedencia para volver a casa. No lo dejes jugar con juguetes ni nada por el estilo, solo acuéstate en la cama porque se siente incómodo y luego dile que como se siente incómodo debe ir al hospital a ver a un médico, tomar medicamentos y tal vez conseguirlo. una inyección si es necesario. La mayoría de los niños tienen miedo a las inyecciones. En este momento, el propósito de esto es hacerles saber a los niños que deben ser responsables de sus propias acciones y palabras, y que las palabras no se dicen a la ligera. Nuestras palabras y hechos son la mejor prueba.