Precipitación: La precipitación también es uno de los factores importantes en la formación de inundaciones por deshielo. A medida que la nieve se derrite, las lluvias aceleran el derretimiento de la nieve y aumentan la producción de agua de deshielo.
Viento: Los vientos fuertes pueden acelerar el derretimiento y la evaporación de la nieve y aumentar la producción de agua derretida. Los vientos también influyen en la distribución y la intensidad de las precipitaciones, afectando así a la formación de inundaciones por deshielo.