En la película, el director Spielberg utiliza a un no humano como protagonista y cuenta la historia de un niño robot. La inteligencia artificial es un producto de la tecnología humana y los humanos son, como siempre, hostiles y predispuestos hacia sus propios productos tecnológicos. Aunque los esfuerzos de David por explorar las emociones iguales con los seres humanos son incansables, aún terminan en fracaso. La película contiene algunas de las reflexiones de Spielberg sobre la tecnología y los seres humanos mismos: Cuando el poder de la tecnología es lo suficientemente poderoso, la tecnología simplemente puede servir a la humanidad. ¿O puede tener un estatus igual al de la humanidad? Los seres humanos temen el poder destructivo de la tecnología, pero no es la tecnología la que destruye a los seres humanos, sino el entusiasmo y los prejuicios humanos contra la tecnología. La calidez al final de la obra finalmente dejó un rayo de esperanza: David finalmente podría reunirse con su madre humana y hablar de su familia. En el mundo futuro, los humanos, los robots y las hadas finalmente vivirán juntos como iguales.