Recientemente se probó una “lengua electrónica” desarrollada por científicos de la Universidad Estatal de Washington en muestras de queso que contenían distintos niveles de capsaicina. En comparación con voluntarios que probaron las mismas muestras, se descubrió que el dispositivo podía detectar correctamente los niveles de capsaicina mucho después de que las papilas gustativas humanas simplemente se hubieran "rendido".
Además, los científicos afirman que la "lengua electrónica" no sólo proporciona una medición más objetiva que los catadores humanos, sino que también es mejor para detectar diferencias sutiles de picante entre alimentos ligeros y de sabor fuerte. En otras palabras, los creadores del dispositivo creen que la gente todavía puede apreciar el sabor de la comida picante. El objetivo de las nuevas tecnologías es más bien agilizar los procesos.
La investigadora Courtney Schlossareck dijo: "Si comenzamos con 20 recetas diferentes, los evaluadores pueden reducir las opciones a dos o tres grupos de degustación humana. La gente tarda unos días en probarlas". >
Recientemente se publicó un artículo sobre la "lengua electrónica" en el Journal of Food Science. La lengua electrónica desarrollada anteriormente por los científicos fue diseñada para probar miel, cerveza, frutas y vino.