Son: Edad de Piedra. La tecnología de molienda permitió fabricar herramientas, convertir piedras en herramientas de piedra y ayudar a cazar y comer. época agrícola. La tecnología de siembra permitió la producción independiente, el pastoreo nómada se estableció y la población se disparó por primera vez.
La era de la artesanía. La tecnología manual permite realizar talleres de fabricación, cubriendo necesidades básicas, alimentación, vivienda y transporte, y mejorando la calidad de vida. era industrial. La producción de maquinaria permitió la fabricación a gran escala, el PIB per cápita se disparó y la población volvió a explotar. era de la información. La tecnología de la información permite la comunicación entre dominios, rompe la brecha de información y le permite disfrutar de servicios sin salir de casa.
La productividad se refiere a la capacidad del ser humano de utilizar herramientas de producción para cambiar la naturaleza, incluyendo tres elementos: trabajadores, medios de producción y objetos de producción. El desarrollo continuo de las fuerzas productivas promueve el progreso social y el desarrollo de la civilización. Aquí hay algunos pensamientos e ideas sobre la productividad.
El continuo desarrollo de la productividad ha mejorado la eficiencia en el uso humano de los recursos naturales.
En la sociedad primitiva, las personas sólo podían utilizar herramientas simples, como herramientas de piedra y palos, para cambiar la naturaleza y obtener lo que necesitaban. A medida que la productividad continúa mejorando, la gente comienza a fabricar herramientas y máquinas más complejas, mejorando así la eficiencia de la producción y ampliando la escala de producción. Por ejemplo, la agricultura moderna ha mejorado enormemente el rendimiento y la calidad de los cultivos mediante el uso de herramientas de producción modernas como fertilizantes, pesticidas y maquinaria.
La mejora continua de la productividad ha impulsado el desarrollo de la división social del trabajo y la especialización. La división social del trabajo y la especialización son resultados inevitables del desarrollo de las fuerzas productivas, lo que permite a las personas concentrarse más en aquello en lo que son buenos, mejorando así la eficiencia y la calidad de la producción. Por ejemplo, durante la Revolución Industrial, la fabricación de máquinas requirió la colaboración de diferentes personas, lo que promovió la división del trabajo y la cooperación entre los trabajadores, y fomentó la escala y la industrialización de la producción industrial.