Escribe un ensayo de 300 palabras usando la tarjeta de identificación de estudiante del limpiador de la policía.

Dream es un estudiante de primaria. Aún no tiene documento de identidad, pero quiere entrar al salón recreativo para corregir sus papeles. Entonces, se disfrazó de limpiador y corrió hacia la sala de juegos. Pero tan pronto como entró, un policía lo golpeó. . . . .

Después de pensarlo mucho, se dio cuenta de por qué el policía lo golpeó: resultó que se olvidó de quitarse la placa de la escuela. . . . .

Esta vez, se disfrazó de un pequeño mendigo y corrió hacia la sala de juegos, pero justo cuando estaba a punto de corregir el examen, descubrió una sorpresa: el tío policía que lo golpeó estaba besando su maestro. . . . .

Ahora es el mejor momento para vengarse. ¿Son tontos los hombres y mujeres enamorados?

¡Hmph~~~!

Entonces, ¡ay!: Meng sacó su clave más importante: la clave genética (es decir, él mismo). . . ) metió la cabeza en la entrepierna del tío policía. . . . .

Los besos cesaron. El maestro primero agarró al policía enojado, luego sacó su teléfono celular, abrió la libreta de direcciones y marcó el número de "Papá Meng". . . Quiero quejarme: soñé con fingir ser un mendigo e ir a la sala de juegos a jugar. Xingyi: Tan pronto como vi el sueño, un eclipse lunar Tengu voló inmediatamente, mordió el teléfono celular de la maestra y luego dijo siniestramente: ¡Si te atreves a demandar a mi papá, yo demandaré a mi abuelo!

La profesora estaba asustada. . . . . Luego preguntó temblorosamente: Xiao Mengmeng, ¿qué estás haciendo aquí?

......

, ¡Meng sonrió y salió de la sala de juegos! Pensando: Demostración, ¿quieres invitarme a la sala de juegos cuando salgas para participar en la ambigüedad? ¡Si el abuelo lo supiera, no te mataría! ¡Sí, es cierto! ¡Dile al abuelo que se vaya! Aunque me ayudaste a cambiar la puntuación del examen a 1000; aunque a mi padre no le importabas; aunque le exploté los testículos al tío policía, fue un día de venganza; aunque prometí No se lo digas al abuelo.

Pero todavía tengo que demandarte. . . . .