1. No adaptarse al nuevo entorno
Generalmente, los gatos se sentirán asustados y nerviosos cuando entren en un nuevo entorno, y maullarán todo el tiempo. Esta situación puede crear un ambiente cerrado y tranquilo para el gato, para que pueda adaptarse poco a poco. Generalmente, después de una semana, el gato bajará la guardia lentamente. En este momento, el dueño de la mascota puede interactuar más con él para mejorar su relación.
2. Hambre o sed
Si tu gato sigue maullando y suena como el llanto de un bebé, probablemente tenga hambre o sed. Los dueños de mascotas pueden llenar sus propios platos de comida y agua, y los gatos generalmente dejarán de ladrar cuando estén llenos.
3. No tiene suficiente calor
Además de tener hambre y sed, el gato sigue maullando, lo que también puede deberse a que no tiene suficiente calor. Aunque los gatos están protegidos por el pelaje, en realidad son animales muy fríos. ¡El clima frío puede hacerlo incómodo!
4. Chat
Si escuchas a un gato maullar en casa y un gato responde afuera, los gatos que se turnan para maullar son en realidad como nosotros, los humanos, charlando. Si no quieres hacer demasiado ruido, puedes ahuyentar al gato. Si el gato no recibe una respuesta, naturalmente se quedará callado.
5. Herido o enfermo
Si tu gato sigue maullando, puede que esté herido o enfermo. Los gatos son muy pacientes y normalmente sólo ronronean cuando ya no pueden soportarlo más. Generalmente es aquí cuando se vuelve más grave.
6. Llamar la atención
Además de los motivos anteriores, a veces los gatos se aburren y seguirán maullando para llamar la atención de sus dueños. De hecho, está diciendo "¡pala, ven a jugar conmigo"!