En 1990, R. Friend de la Universidad de Cambridge en Reino Unido descubrió que ciertos polímeros orgánicos pueden emitir luz en un campo eléctrico. Los diodos emisores de luz orgánicos fabricados de plástico conductor son muy finos, tienen una vida útil más larga que los diodos emisores de luz normales, son más brillantes, consumen menos energía y tienen una eficiencia luminosa extremadamente alta: son fuentes de luz fría. Los expertos estadounidenses predicen que para 2020, el uso de este tipo de diodos emisores de luz reducirá a la mitad el consumo de electricidad para iluminación en los Estados Unidos, ahorrando así 100 mil millones de dólares al año y reduciendo las emisiones de dióxido de carbono causadas por la producción de electricidad en casi 30 millones de toneladas. . Este tipo de diodo emisor de luz también se puede utilizar para fabricar pantallas de visualización en color flexibles para usar en computadoras o televisores.