En segundo lugar, el chisme es bueno para la salud física y mental, al menos en el ámbito laboral. El profesor Jack Levine de la Universidad Northeastern dijo que los rumores son buenos para la salud emocional (pero no los rumores que dañan la reputación). Él cree que las conversaciones triviales ayudan a las personas a construir redes sociales y comerciales. Un estudio de 2014 de la Universidad de Groningen en los Países Bajos encontró que los chismes sobre las habilidades de otras personas ayudan a la autoevaluación y la superación personal de las personas. Además, una pequeña charla puede ayudar a las personas a comprender su reputación dentro del equipo y promover la colaboración.
El psicólogo Matthew Finberg propuso una vez el concepto de "chisme prosocial": puede ayudar a las personas que escuchan chismes a encontrar personas que estén realmente dispuestas a cooperar y eliminar a las que no cooperan. Este tipo de chisme es un chisme prosocial.
Sin embargo, algunos estudios creen que los chismes en el lugar de trabajo pueden crear una atmósfera de tensión y miedo y aumentar el estrés laboral de los empleados.
Hoy en día, el valor de mercado total de la industria relacionada con los chismes de celebridades asciende a 3 mil millones de dólares estadounidenses. Entonces, ¿por qué resulta tan atractivo chismear sobre celebridades que no tienen nada que ver con nosotros? Daniel Kruger, biólogo evolutivo de la Universidad de Michigan, cree que esto también es un legado dejado por la evolución. Cuando nuestros antepasados todavía vivían en la naturaleza, saber qué hacían los individuos de alto estatus en el grupo era más propicio para nuestro propio movimiento ascendente y también nos ayudó a comprender la dirección del viento en grupos pequeños.