Punto 1, razones históricas.
De hecho, siempre hemos sabido que Japón solía llamarse Imperio No Caído, Ejército Imperial y Gran Imperio Japonés. Creo que muchas personas que han recibido nueve años de educación obligatoria saben que hubo una guerra de agresión, por lo que fueron los japoneses quienes invadieron China y la quemaron, mataron y saquearon. Debido a estos intereses, genera cierto grado de aburrimiento en la gente y también una sensación de disgusto. Después de todo, la historia siempre es cruel, las guerras siempre son separadas e incluso se han escuchado varios nombres. Pensar en las guerras de esos años enoja mucho a la gente. Como diosa número uno en la provincia de Taiwán, Lin Chiling eligió casarse con un japonés. Naturalmente, algunas personas no lo aceptaron y comenzaron a maldecir.
De hecho, debemos recordarlos, pero no debemos oponernos a la libertad matrimonial de una persona. Después de todo, han pasado tantos años de historia. Deberíamos afrontar esta historia. Debemos saber cómo hacernos más fuertes a través de la ira, de lo contrario seremos derrotados si nos quedamos atrás. Esta verdad es universalmente aceptada.
En segundo lugar, casarse con un japonés no es traición.
¿Qué puedo decir? Algunas personas dicen que el amor no conoce fronteras, ni país, ni raza, ni diferencia de altura, por lo que casarse con un japonés no significa traición. Todos sabemos que la ley actual permite casarse a personas de diferentes países, lo cual es la libertad de una persona para casarse, por lo que esto no entra dentro de esta traición. No seas demasiado rígido y no pienses siempre que casarte con un japonés, un coreano o un estadounidense es traición. Debemos aprender a ser tolerantes y aprender a aceptar los cambios de los tiempos.