Los grilletes y las esposas son instrumentos de tortura comunes en la historia, utilizados para restringir la libertad de movimiento de los prisioneros. La siguiente es una introducción ampliada a los grilletes y las esposas:
Un grillete es un instrumento de tortura hecho de metal, que se utiliza para atar los pies de los prisioneros e impedirles caminar y escapar. Los grilletes suelen constar de dos anillas de hierro y una cadena de hierro. Cada aro se colocaba alrededor del tobillo del prisionero y luego se conectaba con una cadena. De esta manera, el rango de movimiento de las piernas de los prisioneros queda severamente restringido, lo que dificulta enormemente el movimiento.
Las esposas son un dispositivo de tortura que se utiliza para atar las manos de los presos. Las esposas suelen constar de dos esposas metálicas en forma de anillo y una cadena. Se pueden colocar esposas alrededor de las muñecas del prisionero y luego conectarlas con una cadena. El diseño de las esposas impide que los presos utilicen sus manos libremente, lo que limita su movilidad y aumenta las dificultades para escapar.
En los sistemas legales antiguos y modernos, se utilizaban grilletes y esposas para tratar a delincuentes, fugitivos o prisioneros. Estos dispositivos de tortura están diseñados para controlar y restringir los movimientos de los presos para proteger la seguridad social y evitar que escapen o dañen a otros. Pero vale la pena señalar que la forma en que el sistema legal moderno trata a los prisioneros ha cambiado, poniendo mayor énfasis en la protección de los derechos humanos y el trato humano.
Bajo el concepto de protección de los derechos humanos, el uso de grilletes y esposas es cada vez menor, y su uso debe cumplir con normas y condiciones específicas. Actualmente, estos instrumentos de tortura aparecen cada vez más en exposiciones históricas o obras literarias, utilizados para demostrar métodos de castigo y sistemas sociales del pasado. Para el progreso de la sociedad y el desarrollo de las operaciones legales, debemos prestar más atención a los derechos humanos, respetar la dignidad de los presos y sospechosos de delitos y garantizar la protección de los derechos e intereses legítimos y un entorno de detención seguro.