Las larvas se alimentan del mesófilo del interior de las hojas, formando un camino tortuoso. La epidermis de las hojas no se rompe, pudiendo observarse la ubicación de las larvas desde el exterior. Las larvas defecan en la cavidad. En las últimas etapas del crecimiento del melocotonero, los túneles se secan y, en ocasiones, se perforan. Cuando la densidad de población de insectos es alta, las hojas se quemarán y se caerán prematuramente.