1. Selección de terrenos. Al plantar cerezas, elija un terreno adecuado. La parcela debe tener buen drenaje, fácil riego y suficiente luz solar. No es resistente a la acumulación de agua y el agua de lluvia debe drenarse a tiempo durante la temporada de lluvias. Si el agua se acumula continuamente durante 48 horas, la respiración del sistema radicular se bloqueará y puede producirse la muerte por falta de oxígeno. El período de floración y fructificación requiere una gran cantidad de luz, por lo que se debe asegurar suficiente luz. Casi no hay requisitos de suelo.
2. Limpiar el jardín y esterilizarlo. Los cerezos son susceptibles a la enfermedad de las encías, que en casos graves puede provocar la muerte de ramas y árboles. Por lo tanto, en invierno es necesario limpiar completamente el jardín y realizar una desinfección y esterilización. Para limpiar todas las hojas caídas y ramas muertas del huerto lo mejor es pulverizar una vez todo el jardín con fungicidas. Para áreas con gomosis severa, se recomienda utilizar Bonin 300 veces líquido para limpiar la parcela.
3. Fertilizar y regar. Al plantar cerezos, también debes abonarlos y regarlos. La fertilización se realiza principalmente en otoño o antes de verter agua congelada, mediante el método de fertilización en zanjas circulares. Aplique 1-1,5 kg de fertilizante orgánico y 0,5 kg de fertilizante compuesto de nitrógeno, fósforo y potasio a cada árbol. Riegue una vez después de fertilizar.
4. Cultivar y desherbar. Las malas hierbas tienden a reproducirse en las parcelas cada primavera y verano, por lo que el deshierbe debe realizarse a tiempo junto con la tierra cultivada para ablandar el suelo, lo que favorece el crecimiento de los árboles frutales. Si hay demasiadas malas hierbas en el huerto, no sólo serán propensas a competir por el mantenimiento, sino que también serán susceptibles a enfermedades y plagas de insectos, lo que es perjudicial para el crecimiento de los árboles frutales.