La fundación de la Nueva China ha fortalecido las fuerzas de la paz mundial, la democracia y el socialismo, e inspirado las luchas de liberación de las naciones y pueblos oprimidos de todo el mundo.
Marcó la victoria de China; puso fin a su centenaria historia humillante de estar dominada por otros. El país obtuvo la independencia y el pueblo era el dueño del país; desde entonces, China ha entrado en un nuevo período de transformación.