Tan pronto como llegamos aquí, quedamos atónitos ante esta escena. Hay muchísimos árboles frutales e innumerables variedades. ¡Después de un tiempo, partimos en nueve equipos! Primero cava las batatas. La maestra nos enseñó algunas técnicas, pero aun así sentimos que era mejor cavar con las manos. Después de un tiempo, cosechamos mucho y al final todavía quedaban algunos "pequeños gordos" inmaduros.
Empezamos a preparar batatas asadas, pero el comienzo fue difícil. El fuego siempre no cumple con las expectativas y no funciona. Lo soplamos y le pusimos materiales, pero no funcionó. Finalmente, la maestra encontró gasolina y listo. Esperamos y esperamos, y el humo me hizo llorar. Finalmente, cuando las mazorcas de maíz estén carbonizadas, metemos en el hoyo los boniatos cuidadosamente seleccionados y los cubrimos con una capa de mazorcas de maíz. Después de tanto tiempo, pensé que nuestro equipo se había quedado muy atrás, pero nuestro equipo estaba primero, y luego la maestra nos pidió que volviéramos primero al lugar para comer y comiéramos batatas después de que termináramos.
Después de trabajar durante mucho tiempo, no tengo fuerzas para nada. Finalmente esperé la cena, tal vez porque estaba demasiado cansada, pero pensé que el arroz estaba muy fragante y delicioso. Después de cenar, jugué un pequeño juego.
Por la tarde, comimos el fruto de nuestro arduo trabajo: batatas asadas. ¡Qué delicioso! Al rato volvimos a recoger higos. Los higos son deliciosos cuando están rojos y tiernos. De regreso al lugar de reunión, atamos pañuelos y escribimos una composición.
El fracaso es la madre del éxito. Mientras no te rindas, podrás tener éxito.
El viaje al huerto de hoy fue muy agotador, pero también estaba muy feliz. ¡Hoy es realmente un día fructífero!
Recomendación popular: Huerto de Camote