La Batalla de Waterloo tuvo lugar cerca de Waterloo en la actual Bélgica, entonces parte del Reino Unido de los Países Bajos. El ejército imperial francés liderado por Napoleón fue derrotado por las fuerzas británicas lideradas por el duque de Wellington y el ejército prusiano liderado por Gebhard von Blücher. Esta fue la batalla final de la Batalla de Waterloo y la última batalla de Napoleón. La derrota en Waterloo puso fin al reinado de Napoleón como Emperador de Francia y marcó su regreso de 100 días a casa desde el exilio.
Después de que Napoleón regresó al poder en 1815, muchos países que se habían opuesto a él formaron la Séptima Alianza y comenzaron a movilizar sus ejércitos. Dos grandes ejércitos liderados por Wellington y Blücher se reunieron cerca de la frontera noreste de Francia. Napoleón decidió atacar, con la esperanza de destruirlos antes de que pudieran unirse al resto de la Liga en una invasión conjunta de Francia. La batalla decisiva de los tres días de la Batalla de Waterloo tuvo lugar en la Batalla de Waterloo. Según Wellington, la batalla fue "lo más parecido que jamás hayas visto en tu vida".[5]
Napoleón pospuso la batalla hasta el mediodía del 8 de junio para permitir que el suelo se secara. El ejército de Wellington, estacionado en los acantilados del monte St. John, frente a Bruselas, resistió repetidos ataques franceses hasta la llegada masiva de tropas prusianas por la noche, que atravesaron el flanco derecho de Napoleón. En ese momento, la coalición británica de Wellington contraatacó y expulsó al caótico ejército francés del campo de batalla. Persiguiendo a las fuerzas de la coalición hasta Francia, recuperaron el trono francés del rey Luis XVIII. Napoleón abdicó, se rindió a los británicos y fue exiliado a Santa Elena, donde murió en 1821.
El campo de batalla tuvo lugar en la actual Bélgica, a unas 8 millas (13 kilómetros) al sur-sureste de Bruselas y aproximadamente a 1 milla (1,6 kilómetros) de Waterloo. Hoy en día, el lugar del campo de batalla está ocupado por un gran monumento, el Montículo del León. Debido a que el montículo se construyó con tierra extraída del propio campo de batalla, no se ha conservado la topografía contemporánea del campo de batalla que rodea el montículo.