¿Hay alguien que haya sufrido depresión y todavía viva bien?

Uno, mi compañero de cuarto de la universidad, dormía en la litera frente a mí. Es un señor de Hebei, y ese señor se refiere al mayor, porque repitió un grado de secundaria y un grado de secundaria, y es dos años mayor que yo.

Puede que haya experimentado muchas cosas y soy más maduro en lo que digo y hago. Es muy fácil llevarse bien con él y disfruto llevarme bien con él.

Es de la Asociación de Psicólogos. En un momento nos pidió que nos apuntáramos a un test psicológico. Todos nos inscribimos para ver si teníamos enfermedades mentales.

Después de responder más de cien preguntas de opción múltiple, quedé muy satisfecho con mis resultados y no tuve síntomas.

Pero después de responder, no estaba muy contento, así que le pregunté. Dijo que padecía una depresión leve y que en ocasiones se sentía deprimido, como por ejemplo con ganas de saltar desde un lugar alto y, en ocasiones, incluso con ganas de morir.

Después de escuchar lo que dijo, sentí picazón en el corazón. Tal vez siento pena por él y desearía que él no se sintiera así. Después de ver cómo me veía, volvió a tener esa sonrisa en su rostro.

Es una persona optimista y su familia es muy difícil. Mi padre trabajó demasiado cuando era joven para no poder envejecer. Todos los gastos de la familia los pagaba su madre.

Todos son muy pobres, y mucho menos su familia.

Pero él todavía vive con optimismo y nos cuenta chistes todos los días. Doudou nos hace felices, lo que nos hace felices en el dormitorio. Parecía que no habría felicidad sin él, por lo que, naturalmente, se convirtió en el jefe de enfermeras.

Nos burlamos de él cuando tenemos tiempo, y no tenemos miedo de que se enfade porque no tenemos tiempo para estar enfadados.

Es muy inteligente, especialmente en ciencias. Se jactaba de ser el número uno en ciencias en la escuela, pero ¿y qué? Todavía estamos en la misma escuela y dormitorio, jaja.

Resulta que no tengo apodo. Por mi nombre e imagen, después de tantos años de aprendizaje, nadie puede ponerme un apodo. Él es el primero.

Cada vez que lo llamo y le pido que me diga su apodo, siempre viene acompañado de su evidente sonrisa.

No me importa. No puedo aceptar este apodo y no quiero usarlo. Todavía me gusta que la gente me llame por mi nombre, suena amigable.

Todos somos un pequeño grupo feliz en el dormitorio. No le gusta disfrazarse, por eso no ha tenido novia desde hace más de 20 años y es la única que no le gusta en el dormitorio.

Siempre le bromeo sobre si hacer el examen o no, pero él solo dice, jaja, no haré el examen. Al principio, me jacté delante de mi papá de que quería tomar el examen de ingreso de posgrado, lo que hizo que mi papá se sintiera muy disgustado porque yo no tenía las elevadas ambiciones de los demás.

Después de un año de estar juntos, también lo veo claro. Lee novelas todo el día y los únicos libros que no aprueba son libros viejos de su escuela secundaria.

Solo espero que podamos quedarnos en el mismo dormitorio durante cinco años. No quiero que nadie desaparezca ni que le pase nada.

¡Estamos agotados!