Las calificaciones crediticias de Standard & Poor's generalmente están representadas por letras, que van desde AAA hasta D, donde AAA representa la calificación más alta y D representa la calificación más baja. Los emisores de bonos con calificación AAA tienen la más alta calidad crediticia. Cuanto menor sea la calidad crediticia de un emisor de bonos, menor será la calificación.
Las calificaciones crediticias de S&P no sólo las utilizan los emisores de bonos sino también otras instituciones como bancos, compañías de seguros y empresas de gestión de inversiones. Las calificaciones crediticias de Standard & Poor's pueden ayudar a los inversores a identificar y medir el nivel de riesgo de los objetivos de inversión, ayudando así a los inversores a tomar mejores decisiones de inversión.
Las calificaciones crediticias de S&P se pueden dividir en dos categorías según diferentes estándares: estándares internacionales y estándares nacionales. Según los estándares internacionales, las calificaciones crediticias de S&P varían de AAA a C, donde AAA representa la calificación más alta y C representa la calificación más baja; según los estándares nacionales, las calificaciones crediticias de S&P varían de AAA a D, donde AAA representa la calificación más alta y D representa; la calificación más baja.
Las calificaciones crediticias de S&P tienen un sólido valor de referencia y pueden ayudar a los inversores a comprender mejor el nivel de riesgo de los objetivos de inversión y a tomar decisiones de inversión más informadas. Al mismo tiempo, las calificaciones crediticias de S&P también pueden ayudar a los emisores de bonos a evaluar su propia calidad crediticia, mejorando así la tasa de éxito de la emisión de bonos.