Oído izquierdo
Fue un día hace unos años cuando Van Gogh jugaba con Gauguin, el gran pintor postimpresionista. Gauguin también pintó ese día un retrato de Van Gogh. Juntos fueron a buscar dos buenas chicas. Durante la amena conversación, Van Gogh le dijo a una de las chicas que admiraba: "Señorita, ¿qué tipo de regalo debería darle?". La chica, que era mucho más joven que él, en broma le jaló la oreja izquierda y le dijo: "Quiero". esto." Luego se rió.
Después de despedir a sus buenos amigos, Van Gogh regresó a su habitación. Sujetó la oreja con la mano izquierda, tomó un cuchillo de fruta afilado, pensó por un momento y luego cortó la oreja con un sonido metálico. Luego se envolvió cuidadosamente las orejas con el pequeño pañuelo que la niña le acababa de dar y se lo dio al vecino para que se lo entregara a la niña. La inocente niña desató felizmente el pañuelo, y cuando vio que era una oreja humana ensangrentada, se desmayó de inmediato. A partir de entonces no se atrevió a volver a asociarse con Van Gogh.