El tratamiento térmico químico es un proceso de tratamiento térmico de metales que utiliza reacciones químicas y, en ocasiones, métodos físicos para cambiar la composición química y la microestructura de la superficie del acero para obtener mejores beneficios técnicos y económicos que los materiales homogéneos. Dado que las fallas y daños de las piezas mecánicas ocurren principalmente en la superficie, especialmente aquellas piezas que pueden causar desgaste, fatiga, corrosión del metal, oxidación y otras condiciones, el desempeño de la superficie es particularmente importante. El acero después del tratamiento térmico químico puede considerarse esencialmente un material compuesto especial. El núcleo es acero de composición original y la superficie es material infiltrado con elementos de aleación. Existe una estrecha unión cristalina entre la capa central y la capa superficial, que es mucho más fuerte que la obtenida mediante tecnologías de protección de superficies como la galvanoplastia.
De acuerdo con los diferentes requisitos de procesamiento de la superficie de procesamiento de la pieza de trabajo, el número de puntos de soporte de posicionamiento puede ser inferior a 6. Algunos grados de libertad tienen un impacto en los requisitos de procesamiento y algunos grados de libertad no tienen ningún impacto en los requisitos de procesamiento. Esta situación de posicionamiento se denomina posicionamiento incompleto.
Bajo presión, debido al aumento de la temperatura de la interfaz de fricción de la pieza a soldar, la resistencia a la deformación del material disminuye, la plasticidad aumenta y la película de óxido de la interfaz se rompe. Los métodos de soldadura de estado sólido utilizan el flujo plástico de materiales para lograr la soldadura mediante difusión molecular y recristalización en la interfaz.