Mi experiencia escolar fue única. Estudié en zonas rurales, pueblos y ciudades. A medida que mi edad cambia, sigo cambiando de lugar y veo las diferentes formas en que los profesores de diferentes niveles en diferentes regiones tratan a los estudiantes. Este es un gran honor. Por cierto, a mí tampoco me han derrotado. En este lugar, aunque no le agrado particularmente al maestro, le resulta difícil encontrar una razón para golpearme debido a mi personalidad. Yo también estoy feliz. La única vez que casi me golpean fue cuando estaba en la escuela secundaria. Como reprobé el examen, la maestra me llamó padre. Mis padres todavía estaban fuera de la ciudad en ese momento. Voy a la escuela en un pueblo pequeño. No fue fácil para mis padres hacerlo una vez, así que miré al maestro y le dije claramente que puedes hacerme lo que quieras, pero si insistes en tirar a mis padres de un lado a otro, entonces puedes intentarlo y yo lo hará. La maestra se sorprendió por mí. En ese momento había otros profesores en la oficina. Todos me miraron con ojos sorprendidos. Ningún estudiante se atreve a hablar así. Ésta es su comprensión inherente. Respondí ferozmente con mis ojos. Miré a los ojos de todos los profesores. El director vio que había entrado en este estado y temió que hiciera algo escandaloso, así que se suavizó y razonó amablemente conmigo.
Al contrario que yo, un niño que lleva gafas en nuestra clase tiene mucho miedo del profesor, pero no puede controlarse. Siempre comete errores. Cada vez que lo capturaron, lo golpearon. Nuestro director es muy humano. Antes de la pelea siempre decía: quítate los ojos. Quitárselo fue una bofetada, golpeándolo directamente en la cara. Después de los azotes en la espalda, el niño se quitó los ojos sin decir una palabra. Después de cada azote, la cara del chico blanco se puso roja. Cuando estaba en tercer grado de la escuela secundaria, se transfirió a otra escuela porque su maestra lo pateó con tacones altos durante mucho tiempo. No podía soportar decírselo a sus padres. Por eso llamó a la policía.
Ahora está bien, pero es muy sensible y un poco neurótico. No es tan valiente como para no hablar de lo que pasó en aquel entonces, aunque sea un poco de reparación.